Vigilia familiar con Zelaya y una canción de Silvio

Por Norelys Morales Aguilera.



Durante estos casi tres meses he seguido el sufrimiento del pueblo hondureño tras el golpe fascista. A veces siento, como tantos, mi asombro al límite cuando los veo marchando, resistiendo, desarmados, dando una lección de civismo y ternura como pocos pueblos podrían hacer ante sus represores.

También comprendiendo lo que en su última Reflexión Fidel conceptuara una vez más hacia el futuro: "Allí se engendra una Revolución".

A las 2:50 horas del 25 de septiembre recibí un mensaje: "Mel en Globo….". Solo la curiosidad instintiva del oficio me hizo seguir el link ya que mi conexión a Internet desde Cuba es lenta y no dispongo de otros medios técnicos, pero no me fallaría la memoria emotiva de mi profesión. A las 2:56 escucho el audio.

A ratos perdía el contacto, pero el clima en que me había sumergido gracias a la profesionalidad de la conductora Ariela y la magia de la radio, me permitía ingresar a la casa del Presidente, con la familia y Silvio Rodríguez. ¡Increíble para mi lo de Silvio!

El diálogo se iba matizando con la absurda situación de que el Presidente elegido de una nación está refugiado en una embajada. Honduras tiene dos presidentes, uno de facto y otro legítimo. Los dividen las armas de la borrachera de poder de los oligarcas y en el medio un pueblo reprimido dando una lección de paz y resistencia.

El Presidente no pronunció una palabra de odio o venganza. Fue tierno, como el padre amantísimo que confirmaron las hijas.

No sé bien si era Ariala o yo quien preguntaba. Toda la humanidad y la filosofía personal de Zelaya la departió con sus compatriotas y me sentí invitada a la sala de la casa modesta que vimos asaltada y tiroteada. En los primeros días del golpe en entrevista a Telesur, el Presidente pidió no hablar de su familia con voz entrecortada.

Ariela le comenta la actitud valiente e inspiradora de Xiomara Castro, su esposa, y la autoridad moral que ha ganado ante sus compatriotas. "Xiomara es un fenómeno. Siempre fue efectiva", aseguró Mel. Llevamos 33 años juntos.

Tiene personalidad y es humilde, continuó. Siempre ha estado conmigo. Pregunta cuál es el problema y allá se va. No importa en que lugar de Honduras.

"Pero, no fue con ella con quien primero pude hablar después que me sacaron a la fuerza, fue con la Pichu", su hija de 21 años. Ella me dijo: "Papi, no te preocupes por nosotros. No te vayas a doblegar". Xiomara me dijo lo mismo días después. Yo pensé que se querría venir conmigo. Pero ella le exteriorizó: "No vayas a negociar por lo que te digan de nosotros. No tengas temor. Vamos a defender al pueblo". "Imagínate, dijo Zelaya, ¡Qué familia!

Es el fruto de nuestra vida.

Soy un hombre criado en el campo. Mi madre era maestra y todos los días recorría ida y vuelta siete kilómetros en bicicleta conmigo para ir a su aula. Mi padre era un hombre muy querido, jovial. Me indujo a la política a los 28 años. Me dijo: "Tú tienes condiciones para eso". Cuando yo me entrego a algo no lo abandono, comentó. Esa ha sido mi vida. Me crié en valores más que en riquezas.

Su otra hija, Zoe, también le dio su mensaje aún bajo los impactos de haber sido sacado de su país por la fuerza: "Dale gracias a Dios que se han quitado las máscaras…" Pero, ha sido doloroso para todos. Cuando salga de la "cárcel", ironiza, iré a ver a las familias que han perdido a sus hijos.

Tendremos que compensar a los maestros, a los que no tienen trabajo…Reconstruiremos Honduras.

Mel les pide a sus compatriotas que tengan confianza. Estoy hablando ya con todos. Reiteró su llamado a la paz.

La entrevistadora confirma que Mel es un hombre alegre: se ha escuchado. Empleó palabras simples, ninguna malsonante. Oyó una ranchera rural que también le pusieron. Había hablado con las hijas y la nieta Irene. Se sentía distendido a pesar de todo un día sin descansar, en reuniones y no había dormido. Eran las cuatro de la mañana. Salpicó el diálogo con sentencias que seguramente comparten y disfrutaron sus compatriotas.

- Escogí el camino de luchar para restablecer el sistema democrático en nuestro país, no estoy pensando en mí. Mi guía es el Evangelio: Bienaventurado el que tiene sed de justicia. Bienaventurados los pobres.

- La humildad es la cumbre espiritual del hombre.
- La vida es una lucha constante.
- La dignidad es el don más preciado del ser humano
- Uno tiene que tener capacidad de superarse a sí mismo.
- La vida es un camino. La virtud es un camino.
- Creo en la búsqueda constante de la verdad
- Uno tiene que ser crítico.
- No perder la dimensión humana
- Hacer las cosas con optimismo y alegría
- La vida tiene un objeto: convertirse en un eslabón para armar una cadena.
- Un espíritu fuerte es invencible.

Ariala le asegura: "Usted despertó al pueblo hondureño". Pero, Zelaya en un diálogo sabroso con anécdotas de sus hijas y la familia, de las cosas sencillas de las que gusta, también mira al infinito:

- Estamos viendo la Honduras del futuro: diálogo, concertación, urnas.
- Este esfuerzo que hemos hecho no será en vano
- Tenemos posibilidades
- Yo tengo la plena confianza de que esto no va a terminar en un fracaso.
- ¡Qué Honduras sea un verdadero ejemplo de paz y democracia!


Presidente, ¿cuál es la canción que más le gusta? Cántela. "La canción que más me gusta es La Maza" del cantante cubano Silvio Rodríguez, afirmó Zelaya. Se escucha a Mel cantar: "Si no creyera en la esperanza…si no creyera en algo puro, ¿qué cosa fuera corazón, qué cosa fuera?... Desde el estudio le regalan la canción de Silvio. Se siente que la está escuchando.

La entrevistadora lo confirma.

Luego le sorprenden con su hija Pichu. "Papi somos así porque vos nos enseñaste. Nos diste el ejemplo". La Pichu también canta, bromean que es un debut de artista, seguida de la alegría en el estudio de radio por estar conectando al padre y las hijas. Canta Pichu y la emoción embarga: "Nos tienen miedo porque no tenemos miedo…" que se ha convertido en un himno de la resistencia.

Ariela, la conductora, facilitaba que el hombre de carne y hueso estuviera en la casa de sus compatriotas, así como él había abierto la Casa Presidencial que ahora es inaccesible. Cientos de internautas se veían entrando por las estadísticas de la página web de Radio Globo.

Concluyo que la gran obsesión de Zelaya es su país y su gente. Es reconfortante la dulce firmeza de Zelaya, eso humano que subyace en él.

Está, como quería la mayoría de sus compatriotas, conduciendo un cambio pacífico frente a una represión desmedida.

No tengo dudas que este hombre cree en la esperanza y en los que luchan.

A las 4:25 horas dejé la transmisión de Radio Globo con un oyente de nombre

Matías, que se declaraba feliz por haber escuchado la charla con Mel y aseguró: "A las ocho de la mañana estaremos ahí", refiriéndose a la convocatoria del Frente Nacional de Resistencia a la Universidad Pedagógica.



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