El último show de los disidólares.

Miguel Fernández Martínez

El último escándalo orquestado por los llamados disidentes cubanos, mercenarios «mal pagados» –y malparados- que no salen de un berrinche para entrar en otro, siempre que atraiga a los grandes medios publicitarios, está vez va dirigido contra la jerarquía de la Iglesia Católica en la Isla.

Ahora resulta que, después de las gestiones realizadas ante el gobierno cubano por el Cardenal Jaime Ortega y Alamino, y el canciller español Miguel Ángel Moratinos para la excarcelación de un determinado grupo de presos, la curia católica en La Habana tuvo una actitud, en opinión de tales personajes, “lamentable y bochornosa”.

Recientemente, 164 contrarrevolucionarios dentro de la Isla, cumpliendo indicaciones expresas desde tierras extranjeras de la eufemista plataforma “Cuba Democracia ¡YA!”, firmaron e hicieron llegar una carta al Santo Padre Benedicto XVI.

En la misiva se quejaban plañideramente de la forma en que la jerarquía de la Iglesia trató con el gobierno el asunto de la excarcelación anticipada de los sancionados por intentar subvertir el orden en su propio país.

Es la desesperada manera de buscar deslegitimizar ese proceso negociador, y que a su vez ahonde más la crisis y mantenga las injustas presiones que se ejercen contra Cuba desde los círculos de poder de la Unión Europea y la Casa Blanca.

Revisar la lista de firmantes de la carta es suficiente para encontrar las verdaderas razones del nuevo arrebato: no es más que un reclamo de protagonismo, al quedar fuera de los cintillos de la prensa mediática.

Muchos de estos “líderes” de pacotilla, mercenarios confesos, pagados y sostenidos por el peor enemigo de su propio país, esperaban ser invitados al diálogo, a pesar de no tener ninguna representatividad entre los once millones de cubanos que todos los días enfrentan las crisis, y asumen con soberanía el derecho de vivir en libertad.

Desde las catacumbas de Miami, los especuladores que sostienen el “negocio de la libertad de Cuba” se niegan a perder los favores que cada año ofrecen las arcas del Congreso norteamericano, y no pierden el más mínimo espacio que les permita reactivar el largo diferendo entre la Isla y el Imperio.

Para ellos, es mucho más práctico seguir usando descaradamente a sus marionetas, que pueden disfrazarse indistintamente de “periodistas independientes”, “defensores de derechos humanos”, “analistas económicos”, o “caminadoras con flores”. Da igual el traje, siempre que se pague.

Esta carta, es solo muestra de la inconsistencia ideológica de esta cohorte quienes obedecen ciegamente a sus pagadores. Les da igual manipular a un suicida, alentar a otro que soñaba verse en las primeras planas y en los titulares de los grandes noticiarios a costa de su vida, o utilizar a una dolida madre como instrumento de choque.

Como reza el viejo refrán: para muestra, un botón. El mundo entero ha visto las imágenes y seguido las noticias de los recién excarcelados a su llegada a Madrid. Conferencias de prensa, reclamos al gobierno español y más de un show porque se sintieron “engañados” al no recibir a su llegada a Europa, la esperada bolsa con las 30 monedas de plata.

A pesar de que los grandes medios publicitarios que engendran todo tipo de campaña difamatoria contra Cuba habían vendido hasta la saciedad la imagen de presos famélicos, desnutridos y gravemente enfermos, todavía seguimos esperando leer un cable desde España que narre la estancia en hospitales de estos mercenarios, liberados gracias a la voluntad del gobierno cubano.

De lo único que supo el mundo fue de los reclamos porque no los recibieron en lujosas casas del centro madrileño, por no disponer de varios cuartos de baño y por la necesidad de sacar permisos para trabajar, algo que estos señores jamás han hecho.

Hace unos días, una revista católica que circula en Cuba -Espacio Laical-, comentó, después de conocer la carta entregada a la Nunciatura Apostólica en La Habana por los “disidólares”, que "resulta llamativo que sea la oposición radical, que jamás ha trabajado en la construcción de un escenario para un posible diálogo político con el Gobierno cubano (más bien todo lo contrario), la que le recrimine semejante asunto a la Iglesia".

Original en http://bloguerosrevolucion.ning.com/profiles/blogs/el-ultimo-show-de-los

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