Berta Soler insiste en provocaciones durante visita del Papa Francisco

Urgida por lograr a toda costa protagonismo antes sus benefactores de la ultraderecha en Miami, la cuestionada líder de una fracción del grupo contrarrevolucionario que se hace llamar Damas de Blanco insiste en realizar provocaciones durante la visita del Sumo Pontífice.

Según una fuente conocedora de las interioridades de ese grupúsculo que requirió el anonimato, precisó que Berta Soler, su esposo y ex recluso contrarrevolucionario Ángel Moya y el liderzuelo y también frustrado actor de televisión Antonio Rodiles están barajando varias acciones a partir de indicaciones y financiamiento recibidos del otro lado del estrecho de la Florida, escribió Roberto J. Pérez en el blog Miradas Encontradas.

De acuerdo a esa fuente todas las acciones giran en torno a un mismo denominador común: generar disturbios en lugares públicos donde esté presente el Papa para obligar a las autoridades a reaccionar y luego denunciar la supuesta represión y violaciones de los Derechos Humanos en la mayor de las Antillas.

Una estrategia que utilizan hace años, aunque en estos últimos meses han incrementando la agresividad en sus provocaciones con el propósito de intentar sembrar la matriz de opinión de la supuesta represión existente en la Isla y de esta manera tratar de obstaculizar el proceso de normalización de las relaciones con Estados Unidos.

Para ello cuentan con el apoyo de algunos medios y agencias informativas que no solo los entrevistarán sino que también garantizarán la cobertura de esos desórdenes y la lógica respuesta de las autoridades para alimentar así la permanente campaña mediática contra Cuba y restarle lucidez a la visita de su Santidad.

Una idea que aún no descartan es aprovechar los recorridos por la capital (el de bienvenida o despedida) para en un punto determinado y antes del paso del Papamóvil, un grupo de mercenarias salga sorpresivamente -de un lugar les permita estar resguardadas- lanzando octavillas y vociferando consignas contrarrevolucionarias con la pretensión de llamar la atención de los medios que acompañan a la caravana.

Sin embargo la variante que manejan más probable es acudir a las misas que oficiará el Papa. La idea es hacerlo en pequeños grupos por separados y por diferentes vías con la pretensión de acercársele lo más posible para realizar varias provocaciones en cadena que obliguen a las autoridades a actuar y de esta manera atraer la atención de los medios.

Luego de varias discusiones estas son las acciones que planean ejecutar. Otras las descartaron al concluir que no contribuirían a los objetivos propuestos como la realización de huelgas de hambre ni apoyar a otros elementos contrarrevolucionarios en la ocupación de iglesias.

También se opusieron de plano a otra propuesta de mentes calenturientas de Miami de que un grupo de mercenarias interrumpieran el tránsito de la caravana del Papa, debido a la alta peligrosidad de esta acción y que por serias implicaciones de seguridad ninguna de las “activistas” se atrevería a involucrarse en semejante barbaridad.

Detrás de ese plan, diseñado y financiado por el sector de la derecha radical cubano americana y que Berta Soler y comparsa intentan ejecutar, están los congresistas de origen cubano Marco Rubio, Mario Díaz-Balart, Carlos Curbelo e Ileana Ros-Lethinen, quienes andan desesperados tratando de boicotear el proceso de normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba.

Naturalmente ellos están afectados por el papel clave desempeñado por el Papa Francisco en el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas. Pero están aun más preocupados por las acciones que pudiera impulsar para la normalización de las relaciones sobre la base de su gran autoridad, liderazgo e influencia internacional.

Tal percepción de amenaza resulta comprensible. Las nuevas acciones que pudieran emprender el Sumo Pontífice impactarían negativamente en el protagonismo que estos congresistas han mantenido durante más de medio siglo respecto a la política de Estados Unidos hacia Cuba y, por supuesto, en sus intereses económicos.

Es por ello que el Papa Francisco se ha convertido para los elementos de la extrema derecha cubano americana en un blanco al que hay que atacar. De hecho están rasgándose las ropas por su visita a Cuba, la que consideran un espaldarazo a las autoridades cubanas y también a la nueva política emprendida por el presidente Obama.

Mientras tanto Berta Soler y compañía – que son sus marionetas en Cuba- se preparan para lanzar sus dardos buscando protagonismo mediático a cambio de deslucir la visita del Sumo Pontífice, aunque saben de antemano que sus pretensiones están condenadas al fracaso.

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