¿Son disidentes quienes piden genocidio para los cubanos?

Norelys Morales Aguilera.─ Los llaman en los medios "disidentes", "luchadores por los derechos humanos" y a sí mismos, se denominan "patriotas". Si esto fuera así antes que los intereses de una potencia extranjera, Estados Unidos, o los suyos propios, estas personas pensarían de veras en sus coterráneos. Por ejemplo, uno entre miles, tomarían en cuenta a los niños que no pueden recibir un citostático producido en un laboratorio estadounidense debido a las leyes del bloqueo, que las administraciones estadounidenses y su congreso, denominan embargo.

Es triste, que los mal llamados disidentes actúen de conformidad con sus patrocinadores y financistas que desde 1960 hacen todo lo posible, para “debilitar la vida económica de Cuba, negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación  y el derrocamiento  del  gobierno”, tal y como propuso el entonces sub secretario de Estado Lester Mallory, el 06/04/1960.

Es desconcertante que los medios y sus supuestos analistas, que en buenas cuentas son propagandistas del liberalismo, ignoren el lastre de las políticas de Estados Unidos sobre la economía cubana, achacándola simplemente al sistema socialista, que resulta ser el responsable de cualquier privación de los cubanos. Por supuesto, que también silencian la persecución a las iniciativas del comercio internacional de la Isla, y el repudio internacional al bloqueo, como queda demostrado año tras año en la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Tiene que haber algo más detrás de esos supuestos disidentes que han solicitado por escrito al presidente Donald Trump que mantenga el bloqueo económico, comercial y financiero sobre los cubanos, bloqueo que clasifica como un acto de genocidio, en virtud del inciso C del artículo II de la Convención de Ginebra para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de 1948 y, por otro, como acto de guerra económica, de acuerdo con la establecido en la Declaración relativa al Derecho de la Guerra Marítima adoptada por la Conferencia Naval de Londres en 1909.

Algo se le escamotea a la opinión pública, detrás de una carta a la Unión Europea donde se oponen a la reciente votación del Parlamento Europeo, donde fue aprobado el acuerdo de entendimiento entre la Unión Europea y el gobierno cubano, dándole entierro a la criminal Posición Común europea, adoptada en 1996 a propuestas del español José María Aznar, que perseguía idénticos fines que la guerra económica impuesta por el gobierno estadounidense.

La buena noticia es que cada vez se ven más comentarios en las redes sociales respecto a estos sujetos, donde los llaman vividores y los descalifican para representar al pueblo cubano, que gracias a su astucia y resistencia, ha sorteado décadas de bloqueo, que con Trump no lo harán menos.

Tal vez muchos más comprendan que, cualquiera de esos personajes, se ajusta más a la definición de quien "realiza cualquier clase de trabajo por una retribución, generalmente económica, o que trabaja con el único interés de ganar dinero", o lo que es lo mismo, mercenarios.

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